Black Islands, “Disco Nuevo” en Wurlitzer Ballroom

José Antonio Moral

El pasado 10 de marzo tuvimos la oportunidad de asistir al concierto de Black Islands en Madrid, con motivo de la presentación de su “Disco Nuevo”, cuyo título, como queda patente, no está escogido de cualquier forma; en este (su ya segundo) trabajo de larga duración, el grupo barcelonés ofrece una propuesta diferente, marcada por la transición definitiva al castellano como lengua en la que expresarse en sus canciones.

La noche comenzó, más tarde que pronto, con Casa Dragón, un grupo de sonido basto, poco pulido (según apreciamos, de forma intencionada) y cuyo estilo de música, a veces inclasificable, oscilaba entre el punk y el noise más primitivo.

El grupo presentó su último trabajo en Madrid, acompañado de Casa Dragón y Magnético Grupo Robot

Black Islands fueron los siguientes en aparecer en escena; sin muchos titubeos, el grupo comenzó a entonar canciones de su primer disco homónimo, alternadas con cortes de su Disco Nuevo (repetir una y otra vez el juego de palabras es inevitable). Destacaron la solidez y energía con que proyectaban todos los músicos su sonido desde el escenario, así como la voz de Javi Adrover, que en ningún momento dio signos de flaqueza y que casa perfectamente con muchos de los mensajes que incluyen en sus letras, tales como (maltrato) animal, naturaleza y otros temas de actualidad. Si alguna canción llamó nuestra atención (como la de mucha otra gente) esa fue, sin duda, “Reino Animal”, de la cual ya estrenaron un videoclip y cuyo mensaje, centrado en el sufrimiento del toro como atracción lúdica, resulta tan doloroso como real.

Cerraron Magnético Grupo Robot, agrupación musical procedente de Euskadi y, sin duda, la sorpresa de la noche. Decimos sorpresa tanto por su presentación en público (disfrazados de astronautas) como por su sonido, carente de guitarra y totalmente indescriptible, aunque se podría situar entre el punk y el techno, si es que hay algún lugar dentro del espectro de los estilos musicales en el que ellos puedan ubicarse. Irreverencia, humor y canciones rápidas, que se sucedían una tras otra, ante un público que a ratos reía, a ratos quedaba perplejo y a ratos aplaudía. Con ellos, la jornada quedó concluida, el público satisfecho, y nosotros a la espera de que el “Disco Nuevo” de Black Islands vaya calando entre los oyentes, ya que merece la pena pararse un momento a escucharlos (y mucho), tanto por sonido como por mensaje.

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