La nueva cinta de Rose Glass nos transporta a unos sangrientos años ochenta
Salir a la calle después de ver esta película te deja, indudablemente, con un sabor a sangre en los labios, como si Jackie, una de sus protagonistas, te hubiera aplacado justo antes de abandonar la sala de cine. Y es que Love Lies Bleeding, título original (y mi favorito), de la conocida en España como Con Sangre en los Labios, es ante todo un puñetazo en la cara.
Rose Glass, directora a la que podemos encontrar tras las cámaras en su ópera prima Saint Maud (Rose Glass, 2019), nos presenta en su segundo largometraje la complicada historia de amor entre Lou, gerente del gimnasio local de un pequeño pueblo de Nuevo México, y Jackie, una aspirante a culturista recién llegada con mucho camino recorrido. Las experiencias de las chicas están lejos de ser comparables a una nueva adaptación de Romeo y Julieta, con problemas que no vendrán exclusivamente del corazón.
Viendo la película queda claro que Glass ha hecho lo que le ha dado la real gana, ya sea incluyendo la aparición de una moderna (e inyectada en esteroides) mujer de los cincuenta pies, o cualquier otra paranoia de tinte fantástico que encaje en su relato. Porque, aunque llenas de locura, todas las piezas encajan en este rompecabezas que resulta ser Love Lies Bleeding.
Un grupo peculiar
Un grupo de personajes extasiados en clichés funcionan a la perfección para que Glass y Weronika Tofilska, su coguionista, construyan con ellos una historia para nada convencional. La cinta cuenta con un reparto espectacular liderado por una (al fin) redimida Kristen Stewart (Lou) y la debutante Katy O’Brian (Jackie), a la que se ha podido ver en títulos tan dispares como Ant-Man y la Avispa: Quantumanía (Peyton Reed, 2023) o algunos capítulos de la última temporada de The Mandalorian. La complicada familia de Lou la conforman Jena Malone, que borda el papel de Beth, la hermana maltratada por su marido JJ, interpretado por un casi irreconocible Dave Franco, y Ed Harris, quien pone rostro a la fuente de todo el mal de este mundo, al menos a ojos de su hija, Lou.
Detrás de la cinta está también el (casi) siempre brillante estudio A24, productora y distribuidora que poco a poco se ha convertido en todo un radar para detectar títulos interesantes. Entre las obras de la casa podemos encontrar la reciente El Clan de Hierro (Sean Durkin, 2023) o las aclamadas Aftersun (Charlotte Wells, 2022), The Florida Project (Sean Baker, 2017) o Lady Bird (Greta Gerwig, 2017)
Sangrientos 80’s
Al contrario que otras cintas del cine reciente que han explotado la nostalgia ochentera hasta sus límites, Con Sangre en los Labios presenta unos sudorosos, sucios, decadentes y violentos 80’s. El film tiene tiempo para presentar temas como la violencia doméstica, el tráfico de armas y drogas, la precariedad laboral, la homofobia y la corrupción policial de estos años. Su denuncia resulta eficaz al mostrarlos como parte de la realidad en la que transcurre la historia, dejando que el espectador sea el juez que dicte opinión sobre estos problemas.
Glass no es temerosa a la hora de intimidar a su audiencia, a la que también encandilará gracias a un relato inteligente y una realización admirable, que mantendrá al público al borde de su asiento durante toda la proyección. Esta no es sin duda una película hecha para ser disfrutada por todo el mundo, algo fácil de deducir con un simple vistazo a alguno de sus carteles publicitarios. Sin embargo, encontrándonos en el lado correcto de la historia, esta apuesta cinematográfica promete perturbar y fascinar a partes iguales a todo aquel incauto que decida atreverse a recibir un buen golpe.