‘Matria’: una película como la vida misma

Tras su paso por Berlín, Matria ha sido la película encargada de inaugurar la 26 edición del Festival de Cine de Málaga. La opera prima del director Álvaro Gago se llevó una ovación tan grande y larga (vítores incluidos) que fue poco habitual incluso para el ambiente festivalero. Y no es para menos pues fue bien merecido. Ambientada en un pueblo costero de Galicia, Matria nos cuenta la historia de Ramona, una mujer luchadora y trabajadora que peleará por salir adelante en un contexto laboral y familiar convulso e inestable.

La película se estrena este 24 de marzo

Ramona es una mujer atrapada, atrapada entre su vida laboral buscando trabajos precarios tras dejar su antiguo empleo por negarse a la empeora de condiciones y abuso laboral, y la vida familiar con una hija cuya relación está casi rota y un hombre alcohólico a medio camino entre pareja y expareja con el que comparte casa por necesidad económica. Pese a tener una protagonista con todas las de perder, Matria no va de una pobre mujer que tiene todo el mundo en su contra. Ramona no es una heroína que puede con todo y arregla los problemas a golpes, se trata de una mujer fuerte y sobre todo real. Ramona no siempre puede con todo. Ella también comete errores y es causante de algunos de sus problemas, como la mala relación con su hija. Como bien decía, una mujer luchadora pero real.

El director logra con su primera película un debut impecable

Y es que Álvaro Gago crea un elenco de personajes repletos de aristas, creando una película donde no hay lugar para el blanco ni para el negro. Todos y todo se encuentra en una escala de grises desde el más oscuro hasta el más claro. El director y guionista construye un drama en el que también hay lugar para la comedia, enfados, tristeza y todo tipo de sentimientos, una película que es como la vida misma. Y entre sentimientos, Matria huye de la pornografía emocional tan habitual en el cine, ayudando al realismo, complejidad y cercanía de su relato.

Matria busca mostrarnos a través de Ramona y el resto de los personajes que le rodean a las mujeres que levantan todo y a todos en la sombra. Este acto que provoca el hastío, cansancio, ansiedad y agotamiento de estas mujeres. Álvaro Gago refleja todo esto a través de la cámara con primeros planos y planos cortos, con la cámara siempre en movimiento y vibrante, reflejo del interior de Ramona. La cámara asfixia al espectador igual que la vida asfixia a Ramona, se mueve y baila al ritmo que lo hace el personaje de Ramona. El director novel huye de las referencias cinematográficas buscando su propio sello y su propia forma de contar historias. Para Gago la principal referencia es la propia vida. El personaje de Ramona y protagonista del corto homónimo de 2017, se encuentra inspirado en la mujer que cuidó del abuelo del director. Esta mujer que ha estado presente en el film delante y detrás de cámaras.

matria escena
María Vázquez ha ganado la Biznaga a mejor actriz en el 26 Festival de cine de Málaga

María Vázquez es Ramona

No se puede hablar de Matria sin hablar de María Vázquez. La actriz viguesa se hace con el personaje como si ella misma fuese la Ramona real. Con su actuación es capaz de transmitir la fuerza, energía y contradicciones sobre la vida que el director busca transmitir con todos los elementos de la película. María no solo lo logra mediante el dialogo, adaptándose al acento propio de las costas gallegas, sino también con el cuerpo. Pareciese que María ha vivido toda la vida en esa pueblo costero, que ha pasado toda su vida cogiendo percebes. Con solo una mirada, un gesto, con palabras que no dicen lo que realmente quiere expresar. María consigue que sepamos en todo momento como se siente Ramona y que nos quiere decir en realidad, aunque no sea capaz de exteriorizarlo con palabras. Su forma de andar, de moverse, de mirar, María es Ramona y Ramona es María.

Álvaro Gago ha conseguido un debut por todo lo alto en la silla de director de largometrajes con una película sencilla en forma y compleja en fondo. Una película sincera y real, donde la caridad y la exhibición emocional no tiene cabida, consiguiendo así una película capaz de transmitir todos los sentimientos que contiene de forma sincera y natural.

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